El oriental esperaba

El oriental esperaba sentado en la estación de tren a que llegase su amigo. La gente pasaba a su lado, sin detenerse en su presencia, ni en la presencia de nadie más de su alrededor. Él sin embargo se entretenía observando cómo iban y venían las personas. Desde el banco donde se encontraba veía a la gente montar en los vagones de los trenes que iban llegando, y a otros que se bajaban de ellos. Observaba ir y venir a las diferentes personas, pero no las retenía en su memoria, pues ninguna de ellas era a quien esperaba.

Tuvo que esperar bastante hasta que vio su amigo. Llegó disculpándose por el retraso. Lo hacía en su idioma nativo, un lenguaje que ningún viajero ocasional de los que pasaban por su lado hubiese entendido si se hubieran molestado en escucharle. El paciente amigo aceptó sus disculpas y le perdonó por su retraso. Luego ambos aguardaron a otro tren que tardó poco tiempo en llegar. Subieron en el vagón y se sentaron en unos de los asientos cercanos a la puerta. Se escuchó el pitido del tren que comunicaba que éste iba a emprender su marcha y las puertas se cerraron. El vehículo arrancó y los dos amigos partieron hacia su destino.

La criatura

Este relato llega con un día de antelación. Pero me he apuntado a un grupo de escritura (Adictos a la escritura) y la presentación era hoy, no he podido posponerla. El ejercicio que nos pedían para participar era empezar un relato con la primera frase de una novela. Yo he escogido la novela Momo de Michael Ende (La historia interminable) y la frase con la que inicia es ésta: "En los viejos, viejos tiempos cuando los hombres hablaban todavía muchas otras lenguas, ya había en los países ciudades grandes y suntuosas." Así que aquí os dejo el relato. 

En los viejos, viejos tiempos cuando los hombres hablaban todavía muchas otras lenguas, ya había en los países ciudades grandes y suntuosas. En una de estas ciudades tiene lugar la historia que nos trae aquí, pero tristemente no sabría decirte en cuál, pues su nombre se ha perdido al transmitirse la historia de boca en boca. Fue en los tiempos en que los hombres, y también las mujeres, creían en la magia. En esos tiempos de mitología donde uno no llega a saber si los personajes son humanos con atributos sobrenaturales producidos por su mitificación, o si fueron criaturas que verdaderamente existieron.

El rugido del dragón

Hoy toca un nanorrelato de temática fantástica, las que a mí más me gustan jaja.

El dragón desplegó sus alas y entonces rugió tan fuerte que los soldados tardaron en recuperar el sentido del oído.

Ya no estaba allí

Iba corriendo a toda prisa porque llegaba tarde al examen. Más que pasos, daba zancadas. Conocía bien la zona, y se internaba en cada callejuela que le permitía acortar algo la distancia. Y según salía de una de esas calles, estrechas, se chocó con ella, que también corría pero en sentido contrario. No fue un choque demasiado fuerte, ninguno se cayó. Se trató de un golpe de hombros en pleno giro para adentrarse en la callejuela. Tardó un momento en darse cuenta que creía conocer a la chica con la que se había chocado y se detuvo para cerciorarse. Pero cuando se giró para verla, ella ya no estaba ahí. Se había marchado corriendo, del mismo modo como se habían encontrado. Él reemprendió su marcha para no llegar tarde. Consiguió llegar a tiempo, sin aliento pero a tiempo. Como le sobraron un par de minutos, tomó un poco de agua antes de entrar en la sala donde iba a realizar la prueba.

Cambio en la mecánica del blog

Hoy no toca nanorrelato, hoy toca hacer una prueba. Alguna que otra lectora (porque han sido féminas en su mayoría) me han dicho que las historias eran demasiado cortas. Así que estuve pensando la manera de mejorar ese apartado sin cargarme la esencia del blog y de los nanorrelatos. Al final la idea que me parece más adecuada es alternar los nanorrelatos con relatos algo más largos. Iba a empezar a subir los nuevos textos tomando como base nanorrelatos no publicados, pero lo pensé mejor, y creo que es más adecuado que empiece desde el primero que publiqué. 

Mirada fija

Sujetaba la lata de cerveza con una mano y mantenía la mirada fija en el chico de la libreta. Sólo dejaba momentáneamente de mirarle cuando daba un sorbo de la lata.

El alicornio

El alicornio saltó de montaña a montaña propulsado por las pequeñas alas que tenía en sus patas.

Ciclo de la vida

Las raíces sujetaron la tierra, la tierra sustentó al árbol, el árbol cobijó al pájaro, y el pájaro abonó las raíces.

Dos años de vida

Cuando la dijeron que la restaban dos años de vida, pensó en todo lo que la quedaba por hacer.

Este nanorrelato no surgió de la nada. Recuerdo que iba en el tren, era por la mañana, salí de Alcalá e iba hacia Atocha. En una parada subió una madre con su hija y sus dos niños pequeños. La mujer llevaba la cabeza cubierta, seguramente por haber recibido quimioterapia, pero llevaba algo también consigo, una sonrisa. Sonreía a sus hijos y sonreía al mundo. Quizá el nanorrelato no sea muy alentador, porque el final del camino es obvio, pero al igual que el viaje a Ítaca, no importa tanto el final, como el camino. Este nanorrelato refleja también muy bien la esencia de los nanorrelatos, de las pequeñas grandes historias que pongo aquí día tras día. Es una historia que puede tomar diferentes senderos con un mismo final, pero como he dicho, al final lo importante es el viaje. Puedes quedarte lamentándote por lo malo que te pasa en la vida, o sonreír. Puedes sucumbir ante la derrota o luchar. Puedes deprimirte y rendirte, o intentar tirar para delante con el tiempo que te queda. Iba a poner que dedicaba esta historia a aquella mujer a la que no llegué a conocer, pero no, no quiero dedicárselo a ella, no a ella sola. Quiero dedicárselo a todos aquellos que ahora luchan, que han luchado, o que lucharán contra el cáncer. Muchos no han podido ganar su batalla, su gran guerra contra la enfermedad, por ellos también va este relato. Ahora que lo pienso, puede que la mujer que inspiró esta historia haya sido una de ellas, o puede que finalmente venciese, quizá incluso aún prosigue su gran batalla, no lo sé.

¡La montaña era tan bella! Pero...

¡La montaña era tan bella! Quería llegar hasta ella, pero estaba tan lejos, que se contentó tan sólo con admirarla desde la lejanía.

El cielo está gris

Otro Jueves más, el pasado tocó relato, éste toca poema.

El cielo está gris 

El cielo está gris

y a mí no me apetece sonreír,

porque me acuerdo de ti,

porque te alejaste de mí.

El cielo está azul,

¿dónde estás tú?

Cada paso le costaba más

Cada paso que daba, le costaba más y más, pero no quiso rendirse.

Llamada de auxilio

Si el nanorrelato de hoy os suena tiene su explicación. Resulta que lo colgué el día 11, luego pensé que no había colgado ninguno y colgué otro. Al final se quedó el segundo como nanorrelato del día.

Preguntó si podía sentarse. Ellos no sabían que tras aquella sencilla petición se escondía una llamada de auxilio.

No necesitaba alas

No necesitaba que le diesen alas para volar, porque ya las tenía, sólo necesitaba de alguien que le diera impulso.

¿Y tú has encontrado tus alas?

El poder de un abrazo

Aquel abrazo apenas duró unos segundos, pero fue suficiente para cambiar su día.

¡Hay que abrazar más!

El canto de las sirenas

Las sirenas cantaban melodiosamente para avisar a los navegantes que se acercaban a las rocas, pero ellos no entendían su lenguaje y acababan chocando contra ellas.

Reinterpretando mitos, ¡qué no se diga!

Ventolinos

Ha llegado San Valentín, dicen que es el día del amor, así que bueno, pondré algo relacionado con ello. Aprovecho para comentar que los ventolinos son criaturas de la mitología española por si alguien quiere investigar más sobre ellos jaja.


Dos personas enamoradas estaban separadas, pero los ventolinos se encargaron de hacer llegar de la una a la otra sus palabras de amor.

Continuar hacia delante

Este nanorrelato va dedicado a todos/as aquellos/as que aun pudiendo rendirse, no se rinden y siguen luchando por lo suyos.

Lo único que le impulsaba a continuar hacia delante era que tenía que luchar por su familia sin importar lo que le costase

La isla de las sirenas

Bien, el relato de hoy es algo más largo de lo habitual. Quizá a alguno de vosotros os suene el lugar donde transcurre, ya que la acción sucede en el mismo sitio que otro relato mío titulado : El leviatán , que está presente en el libro Hisnal, cuentos para quien no ha dejado de soñar. Este relato  nació a partir de una colaboración con Pedro, quien dibuja, e iba a ser para un cómic. En un principio íbamos a usar la historia del leviatán, pero era muy larga (ya que se trataba de un cómic cortito), así que escribí una similar que transcurriera en el mismo lugar. 

Si hay alguna errata lo siento, pero no he podido revisarla. 

La harpía voló lejos

La harpía voló lejos de su isla y gracias a ello pudo surcar libremente los cielos.

Sin temor a las nubes

Me he echado la siesta y acabo de ver el blog. Me salté un día la programación y casi os dejo sin nanorrelato, pero ha sido sólo un casi. Aquí os dejo el nanorrelato de hoy con algo de retraso jeje. Lo siento.

Los pájaros no temían a las nubes y lograron volar por encima de ellas.

Cuatro toques

Fueron cuatro los toques que dio en la puerta. Cuando el anfitrión abrió la puerta, no se creía a quien estaba viendo.

Contraste

Su alegría y su sonrisa contrastaban con la plomiza niebla que cubría las calles.

Gritó

Gritó, gritó tanto como pudo, sabiendo que nadie iba a escucharle.

Algo banal

La chica se quedó mirando al pájaro fijamente, era algo banal, pero a la vez algo tan útil para abstraerse de sus pensamientos.

De repente

Pues ha llegado el Jueves. La semana pasada, subí un relato inspirado en una canción de la Oreja de Vang Gogh. Podéis encontrarlo en la sección de "relatos"  o leerlo aquí .

Este Jueves va a ser una entrega diferente, ¡hoy toca poema! La poesía no es un género que haya practicado mucho, pero últimamente he escrito algún que otro poemilla y me gustaría compartirlos con vosotros.

Este primero que pongo en la página se titula "De repente" y surgió un día en el que me di cuenta que me perdí en mi camino. A la musa entonces le dio por inspirarme (cosa que agradezco) y salió esto tras algún que otro arreglillo. Espero que os guste.

El cansancio se hizo a un lado

Se tumbó en aquella cama, su cuerpo estaba tan casando que sólo deseaba cerrar los ojos y echarse a dormir. Entonces apareció su hijo que acababa de tener una pesadilla. El cansancio se hizo a un lado y le consoló.

Eclipse

El Sol y la Luna se abrazaron formando un maravilloso eclipse que unos locos atribuyeron a un fenómeno astronómico predecible.

Se abrazaron fuertemente

Se abrazaron fuertemente antes de que el autobús partiese porque no querían decirse adiós.

Un beso en la mejilla

Se despidieron con un beso en la mejilla porque no se atrevieron a dárselo en los labios.

Las nubes sobre ella

Podía ver las nubes a pocos metros sobre ella,  distinguir sus formas y como se movían

Encapotado

Ya ha llegado Febrero, ¿y qué mejor manera de darle la bienvenida que con un nanorrelato de temporada?

El cielo estaba encapotado, todo hacía pensar que llovería, mas no lo hizo.