Cambio de rumbo

Hoy vengo a traeros nuevas noticias:

Cuando empecé el blog tenía mucho tiempo libre, ahora ya no tanto. Empecé fuerte porque, además de tener tiempo libre, quería tener material variado para leer. Por ello cada día subía un nanorrelato y cada Jueves algo más largo. Con el tiempo, la gente me fue comentando que los nanorrelatos eran muy cortos y que les gustaría leer algo más largo. Opté entonces por subir nanorrelatos unos días, otros, microrrelatos y los Jueves algo más sustancioso para leer. A cambio sacrifiqué subir material los Sábados y Domingos porque eran los días en que tenía que trabajar.

Barco en una botella

Bien, es Jueves, ya sabéis lo que eso significa. Esta vez el relato que os traigo no lo he escrito yo exclusivamente. El principio (lo que va en cursiva) lo ha escrito Willowgreen , una compañera de Adictos a la Escritura. Este relato forma parte del ejercicio mensual de este grupo. Este mes se nos pedía escribir un relato a partir de un comienzo previamente asignado. Yo también he escrito un comienzo que ha sido continuado por Willowgreen  (o eso espero jeje. Cuando lo suba, pongo el enlace en este mismo post). No he tenido mucho tiempo para escribirlo, de hecho lo he escrito esta mañana y me ha dado tiempo a hacerle una única revisión (así que si hay fallos, lo siento). Me hubiese gustado hacerlo algo más largo y con más detalles, pero por cuestión de tiempo, y sobre todo de que debía ocupar dos páginas máximo, no me ha sido posible. De todas maneras no estoy descontento con el resultado final y espero que os guste.

Barco en una botella

En un día de verano, una chica pasea por la orilla de un lago y encuentra una botella de cristal con un barco de madera dentro. Es un barco antiguo, de esos que tienen velas, no sabe mucho de barcos, así que no puede discernir qué tipo de barco es. Sin embargo, Alan sí que sabe de barcos, así que podría enseñárselo. Recoge la botella y quita el tapón que tiene puesto. El barco no se ha movido porque está fijado en la botella. Mira a través del agujero y ve el frontal del barco con la proa apuntando hacia ella. Decide mirar por el culo de la botella, se fija en que hay algo escrito en la popa: “Cautivo”. Imagina que ése debe ser el nombre del barco. Cierra la botella y se la lleva con ella con la intención de mostrársela a su amigo.

El niño comparó la hora

El niño contemplaba el reloj de sol. Comparó la hora que éste indicaba con la que marcaba su reloj. Al no coincidir, pensó que el reloj de sol no funcionaba.

Rendición

Tenía ganas de triunfar, pero tanto miedo de fracasar, que acabó rindiéndose sin intentarlo.

Una sola palabra

Una sola palabra bastó para que no se hundiese en la oscuridad.

Si no puedes, yo allí estaré

Hoy inicia oficialmente la primavera. Iba a haber escrito un poemilla relacionado con la primavera, pero no he podido. En este último mes me han surgido muchas cosas, así que no he tenido tiempo de hacer demasiado. Sin embargo no me olvido de los poemas y como hoy toca poesía, pues traigo poesía.

Si no puedes, yo allí estaré. 

Si no puedes caminar,

yo seré tus piernas.

Si no puedes luchar,

seré tu fuerza.

Si deseas sumirte en un abismo,

descenderé a tu infierno.

Si te falta el tiempo,

te daré el mío.

Si te quedas sin habla,

seré tus palabras.

Si crees que nadie te quiere,

yo estaré a tu lado, siempre.

Si crees que nada vale la pena,

te diré que al menos tú sí la vales.

Porque sin ti mi vida no sería plena,

créeme, lo sé de antes.

Si rendirse es tu opción,

la mía será que no lo sea.

Pondré en ello mi corazón,

ésta es mi promesa.

Si tu sueño te parece imposible,

te daré el mío si es preciso.

Para no te quedes impasible,

te brindo mi cariño.

Y si me pides que me marche,

ten por seguro que a tu lado seguiré

porque mientras me necesites

yo allí estaré.

Optimismo

Ya estamos a nada de alcanzar la primavera en el hemisferio Norte. Así que traigo este nanorrelato optimista. Tocaba otro, pero como es un nanorrelato con significado y no me apetecía recordar hechos tristes, pues lo he cambiado. Espero que éste os guste.

Se levantó pensando que el día le iba a ir bien, y quizá por eso, le fue bien.

Las nubes sobre ella

Podía ver las nubes a pocos metros sobre ella,  distinguir sus formas y como se movían. Lo hacían lentamente, teniendo tiempo de sobra para imaginar cada una de las figuras. En una vio un pájaro, en otra vislumbró una flor. Mirar las nubes la relajaba y la permitía evadirse de los problemas en su casa. Pero sabía que ahí estaban, y que volvería a ellos cuando regresase a su hogar, si es que así podía llamarlo. Si tan sólo pudiese hacer eterno aquel momento y paz y sosiego, sería tan feliz… Pero no podía, el tiempo pasaba y llegaba el momento de regresar a su casa.

La Xana descuidada

Y..... empezamos la semana con un nanorrelato fantástico y muy primaveral (por eso del río).

La xana estaba descuidada a la vera del río peinando sus cabellos.

Encapotado

Ya es Viernes, y aquí viene el microrrelato correspondiente. Cuando empecé a escribirlo, la historia iba a ser muy diferente a la actual, de hecho cambiaba todo, hasta el principio. Luego borré y le di otro enfoque. El resultado es éste.

Promesa de venganza

Ya es Jueves. Como todos los Jueves, toca relato o poema, esta vez será relato. Por poco no es nada porque me los he dejado en otro lado. Este relato está inspirado en una de mis canciones preferidas: "Nana" de Warcry , una canción que si no la has escuchado ya, deberías ponerte a ello (o no, que yo no obligo a nada). Está inspirada en la canción, pero el argumento es completamente diferente.  Espero que sea de vuestro gusto, y que le haga honor a la canción. No he tenido mucho tiempo de revisarlo, así que si hay alguna errata os pido perdón de antemano.

Almas solitarias

La calle estaba tan transitada de almas solitarias, que la soledad no supo bien a quién debía acompañar.

Sin mediar palabra

El microrrelato de hoy está inspirado en un hecho real. Ha dado la casualidad que la escena se inspiró en una estación de tren, y que hoy es el décimo aniversario del fatídico 11 de Marzo de 2004. Normalmente intento cambiar las circunstancias en que desarrollan los microrrelatos y diferenciarlas de las escenas que las inspiraron para darles una naturaleza propia. Pero esta vez, creo que es acertado que respete el lugar de ambientación, una estación de tren. La primera idea al ver la coincidencia de la fecha con el microrrelato que tocaba, era haber creado una historia parecida a la canción de Jueves, de la Oreja de Van Gogh. Sin embargo no escribí una historia similar porque considero que la historia de la canción está bien llevada, así que quise escribir otra historia. Quise aprovechar y darle otro enfoque, un enfoque distinto del inicial y que no recordarse la tan triste fecha. Por ello cambié el final, y los dos personajes acaban bajando del tren. Mas nunca llegaron a conocerse, como sucedió con muchos que subieron a alguno de los trenes aquel día. Este es mi sentido homenaje a aquellas personas que tomaron uno de esos trenes.

Ataque ígneo

Llega el Lunes, empezamos la semana con solecito y calor (al menos aquí en Madrid). ¡Y qué mejor nanorrelato para refrescarnos un poco, que uno en el que haya fuego!

La bola de fuego se materializó en las manos del hechicero. Éste sonrió antes de lanzarla.

Regueros

Llegó el Viernes. y llega el microrrelato del día. Este relato me ha salido un poco ambientólogo y con algo de rabia. No pensaba escribir esto en un comienzo, es lo que surgió. Iba a escribir algo relacionado con lo que inspiró el nanorrelato original, pero me gusta darle otros enfoques y salió éste. Espero que os guste.

Una gota de agua cayó en el suelo y se infiltró, pero cayeron muchas más y al juntarse formaron regueros. Y esos regueros continuaron creciendo, pues la lluvia continuó cayendo. Pronto, los regueros llegaron hasta los cauces de los antiguos riachuelos y les retornaron su caudal antaño robado. Estos riachuelos desembocaron en otros riachuelos y éstos en afluentes del río. Y entonces, el río creció como llevaba mucho tiempo sin crecer, y empezó a desbordarse. Las canalizaciones que habían realizado los humanos, sólo habían servido para controlarlo en los tiempos que no llevaba su máximo caudal. Pero ahora, ahora había recuperado aquel caudal que llevó alguna vez en los viejos tiempos. Y estaba cabreado. Los muros que las personas le habían puesto ahora servían para incrementar su furia. El río creció, creció tanto que inundó los campos de cultivo. Pero no se detuvo ahí, no, inundó también algunas urbanizaciones que habían osado construirse demasiado cerca de él. Llenó de agua las calles, los garajes, y las primeras plantas de los edificios. Las viviendas tuvieron que ser evacuadas ante la furia de un río que llevaba mucho más tiempo en aquel lugar que el ser humano. 

Ya no quería esperar, esperar a que las personas se preocupasen de cuidarle. Cada vez construían más y más cerca de él, cada vez le echaban más basura. Había perdido su gloria pasada, y ahora iba a reivindicarla. No era la cloaca de aquellos simios civilizados, era un ente que daba cobijo a una gran variedad de criaturas. No ha mucho que también cuidó de aquellos seres que ahora le habían puesto muros para intentar contenerlo. Pero por aquel entonces, las personas no habían inventado las máquinas. Cuando inventaron las máquinas todo cambió y ahora se tomaría una pequeña revancha. Aquella revancha les serviría a los humanos para darse cuenta que estaba ahí, y que podía volver en el futuro. Tenía la esperanza de que la civilización se diese cuenta de ello, pero temía que no iba a ser así. 

El tiempo pasa

Es Jueves, y este Jueves toca poesía. La poesía de hoy es cortita, tengo otras más largas, pero de temática más tristona, y no me apetece ponerlas para esta semana la verdad. Esta poesía surgió como parte de un proyecto de colaboración que íbamos a hacer Pedro y yo. A él le tocaba hacer la parte de la ilustración, y a mí el texto, tenía que se algo corto y que ocupase poco espacio. El resultado fue este pequeño poema que podéis leer a continuación.

Le costaba encajar

Le costaba encajar en los sitios. Pensaba que no encontraría su lugar en este mundo y se lamentaba profundamente por ello.

Fue incapaz

Otra vez llega el microrrelato del Martes. Este es curioso, porque la escena que lo inspiró no es ni parecida a lo que sucede en él (lógicamente). Luego iba a escribir otra historia en base al nanorrelato inicial, pero finalmente, y como estaba tristón, he querido escribir algo más alegre.

Quiso situarse a su lado, pero fue incapaz. El poderoso dragón rugía y exhalaba llamas para impedir que nadie se acercarse a la princesa. Para aquel joven aprendiz de héroe, un dragón no es que le viniese grande, es que directamente ni le venía. Era demasiada molestia tener que matarlo para liberar a una princesa que no conocía. En lugar de ello, dio medio vuelta, montó en su caballo y se dirigió a la taberna más cercana.

Vicisitudes del destino

Tantas vicisitudes le puso el destino, que optó por dejarlo de lado y recorrer su propio camino.